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Channel: Tres pompones
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Casitas de fieltro

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El lunes ya os contaba nuestra afición por las velas, la iluminación tenue y las tardes eternas de domingo de diciembre (lástima que solo haya 4 o como máximo 5). De hecho, el pomelo es muy fan de la iluminación tenue, y no por romántico, sino más bien por siestero, así que salvo en pleno verano, en casa siempre buscamos luces alternativas y suaves para... digamos descansar la vista mejor.

La idea que nos trae Ari hoy es precisamente una de esas que entusiasmarían al pomelo. Y para qué voy a negarlo, a mí también, aunque no sea por el mismo motivo.

A mí lo que me gusta es lo bonito y delicado que queda este pueblo sobre el que parece que haya caído una nevada de esas de dejarte incomunicado (una sola vez nos ha pasado y no nos importaría que nos volviera a pasar, siempre que la nevera estuviera bien llena).

Pasaos por el blog da Ari a ver cómo lo ha hecho. Yo os espero aquí mañana para contaros qué ha preparado Laia.

Copo de nieve de ganchillo

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Hace unos días compramos unas pegatinas de copos de nieve para las ventanas y las pegamos enseguida. No sé qué tienen los copos de nieve que nos resultan tan bonitos. Quizás sea que son todos diferentes y que su estructura es muy delicada y totalmente perfecta. Quizás sean los dibujos geométricos, la simetría que nos resulta atractiva. O quizás sea porque aquí nieva poco y suspiramos pensando en una Navidad blanca como la de las pelis o la de las postales.

Sea como sea, los copos de nieves nos encantan y el que ha hecho Laia para nuestras #24IdeasNavidad nos parece absolutamente espectacular. ¿O no?

Pasad por su blog a ver cómo lo ha hecho y a copiaros vilmente :) ¡Os espero mañana!

Bola de nieve

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Seguimos con las ideas navideñas a tope. Vuelve a ser Carla la encargada de contarnos algo, esta vez cómo ha hecho esta bola de nieve tan bonita.

Este tipo de bolas que se sacuden y hacen caer muy lentamente la nieve, la purpurina o lo que sea que les hayáis puesto, además de ser chulas, pueden mantener a los pompones interesados horas y horas. Y más aún si las han hecho ellos. Es mucho más fácil de lo que parece y seguro que tenéis la mayor parte de las cosas necesarias dando vueltas por casa.

Yo os cuento mañana otra manualidad para decorar. Ya sé que fui la primera de las cuatro, pero eso se debió a un ligero desajuste de la programación. Ahora, en principio, volvemos a la normalidad, por lo menos hasta que haya un nuevo desajuste :) Pero no os preocupéis, porque una cosa es cierta: tendréis como mínimo una idea todos los días. Palabrita de bloguera.

Banderolas de fieltro y washi

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Hace unos meses, Ari y yo hicimos la gincana crafty de Crafting Barcelona y Casa Sagnier junto a las Niñas Antiguas. Nos divertimos y nos reímos un montón, nos salió la vena competitiva y además de conocer tiendas bonitísimas del barrio de Gracia, aprendimos algunas técnicas. Una de ellas fue el afieltrado, que hicimos en Oslo y que me pareció la bomba.

Unas semanas después compré lana de fieltro con la idea de hacer un móvil del Sistema Solar con los pompones. Sí, sí, ya sabéis que tengo ese puntito friki y nerdy ("nerd" me parece una de las palabras más bonitas que existen) y esto otro no lo sabéis, pero os lo digo ahora mismito: la astronomía me encanta desde que tenía unos diez años. Igual que la mitología. Sí, se ve que tuve una infancia difícil.

En fin, que lo tenía todo guardadito en una caja a la espera de una tarde tranquila con los pompones, en la que le diésemos con ganas a las palmas de las manos para crear los diferentes planetas, mientras veíamos una peli o escuchábamos música.

Pero el momento no llegaba (desde mayo estaban las lanitas cogiendo polvo) y cuando empezamos a pensar en las 24 ideas, se me ocurrió (con ayuda de alguna imagen de Pinterest) que podíamos hacer una actividad como esta para aprovechar los conocimientos que estaban a punto de pasar a mejor vida por falta de uso.

Y, tachán, creamos esta pequeña, pequeñísima guirnalda que nos sirve de excusa para explicaros cómo se hacen las bolitas de fieltro y como podéis crear unas banderolas con washi para decorar cualquier mini rincón.

Pues venga.

Vais a necesitar:

- Fieltro de lana en colores navideños
- Agua fría y caliente
- Jabón en escamas (se consigue en el súper)
- Fuerza (desayunad bien)
- Washi en colores navideños
- Un trocito de papel
- Hilo


Lo primero que tenéis que hacer es preparar las bolas. Pensad que tardan como mínimo una noche en secarse, así que os conviene prepararlas, dejarlas secar y montarlo todo al día siguiente o al cabo de un par de días para ir sobre seguro.

Para preparar las bolas, poned un bol con agua caliente, otro con agua fría y un platito con escamas de jabón encima de la mesa. Cubrid la mesa con un buen mantel o incluso con una toalla, porque os vais a mojar mucho.

Arrancad pequeños trocitos de lana y enrolladlos formando un ovillo lo más apretado posible. Cuanto más apretado esté, menos trabajo tendréis que hacer luego, así que apretad bien e intentad darle la forma en seco.

Id poniendo capas de lana, pensando muy bien en el tamaño que queréis que tenga vuestra bola al final. Pensad que se queda en la mitad de tamaño una vez afieltrada.


Cuando ya la tengáis, sumergid la bola en agua fría. Sujetadla en la mano, que no se escape, pero que vaya cogiendo toda el agua posible. La bola tiene que empezar a pesar.

Dejadla ahí dentro hasta que esté empapada y entonces sacadla y dadle forma entre las manos. Si veis que necesita más agua, volved a sumergirla, sacadla y volved a darle forma.

Cuando esté saturada de agua, ponedle un poquitín de jabón en escamas por encima y con ambas manos empezad a darle forma redonda, como si fuera la masa de un pan o, mejor aún, una bola de plastilina. Podéis sumergirla en agua caliente para quitar el exceso de jabón, pero no dejéis de darle forma con ambas manos.


Aquí empieza el trabajo duro, porque en cuanto más o menos veáis que la forma es la correcta, tendréis que empezar a hacer cada vez más fuerza sobre la bola y seguir haciendo movimientos circulares con las manos.

Seguid y seguid... ¡tiene que doler! Bueno, vale, doler a lo mejor no, pero sí que tenéis que notar que la bola está dura y que se os clava en las manos. Y si la apretáis, tiene que ceder muy poco, o mejor aún, nada.

Es un buen rato de darle con ambas manos. Mientras no coja la forma la podéis ir sumergiendo en agua de vez en cuando, pero cuando empiece a ser una esfera perfecta, no la mojéis más y simplemente apretad con fuerza sin dejar de mover las manos.

Cuando ya esté muy dura al tacto y se os clave por todas partes, ya la tenéis, solo hay que dejarla secar. Seguramente en ese momento os tocará darle el relevo a vuestros pompones, que se habrán hartado o no tendrán suficiente fuerza. ¡Ánimo! Pensad que es un buen ejercicio para el descolgamiento de los brazos :^D

Dejadlas secar un par de días.

Para hacer las banderolas lo mejor es atravesar las bolas, una vez secas, con una aguja y un hilo gruesos. Es la mejor manera de poder moverlas y generar el espacio que necesitáis.

Yo dejé espacio para tres banderolas. No tenía muy claro que iba a hacer con ellas, pero al final se me ocurrió que podía poner la palabra "joy" o la palabra "jul" (que es Navidad en danés y me encanta).


Para hacer las banderolas hay que tener un poco de cuidado. Si dobláis el washi sobre sí mismo, como transparenta, no se apreciará bien el dibujo. Así que yo pegué el washi sobre un trozo de papel, dejando que sobresaliera un poco. Recorté la parte pegada sobre el papel con forma de banderola y, pasando el hilo por en medio, pegué el washi sobrante sobre la cara trasera del papel. Complicado de explicar, pero sencillo de hacer.



Luego solo os queda decidir si vais a poner alguna palabra o no. Yo la imprimí, la recorté y la pegué con pegamento de barra encima de las banderolas.


Y ya está. Ya veis qué fácil, qué rápido (secado aparte) y qué resultón para cualquier rinconcito chiquitín que necesite un poco de color. ¿O no?

Recordad que podéis hacer cualquiera de las cosas que os proponemos y etiquetarnos con el hashtag #24IdeasNavidad. Nos hace mucha ilusión que lo hagáis. Y no os olvidéis de participar en el reto del día 8, que consiste en hacer un árbol de Navidad de cartón (o cartulina, o papel, vamos, no somos quisquillosas). Esa es la única premisa y tenemos muchas ganas de ver qué se os ocurre. De iaies ya lo ha hecho y nos ha encantado su arbolito.

Calcetines de Navidad

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¿Qué hay más (peliculeramente) navideño que unos calcetines? Especialmente colgados en una chimenea, llenos de detallitos y con un bastón de caramelo que sobresale... Vale, sí, me gustan, me encantan las pelis navideñas. Cuanto más cursis y ñoñas mejor, porque esta época tiene el cursi un poco subido y ya que nos ponemos, nos ponemos en serio, ¿no?

Ari nos ha preparado unos calcetines típicos, típicos, pero en plan cuqui, como es ella :) Tiene excusa porque su familia es multicultural y pueden hacer calabazas de Halloween y asar un pavo en Thanksgiving sin ningún rubor, cosa que, en el fondo, envidiamos todos.

No os perdáis todos los detalles de este proyecto costuril apto para cualquier nivel, porque es muy, muy fácil y rápido de hacer.

¡Feliz puente a todos (los de este lado del charco, a los del otro no os deseo nada, porque estáis en la playa con 30 grados y os odio un poquito)! Os espero aquí mañana con más ideas de Navidad, ¡y con el resultado del reto! Todavía estáis a tiempo de preparar un árbol con cartón, cartulina, papel o como queráis. Yo ya tengo el mío (hecho mano a mano con la pompona) y estoy impaciente por enseñároslo. Pero eso será mañana por la tarde. ¡Nos vemos!

Cuadro de punto de cruz

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Ya os conté hace un tiempo que habíamos visto renos de verdad. Los tocamos, alucinamos con los cuernos, que son peludos y con la tranquilidad y la pachorra que tienen. Y les dimos de comer. Ese fue uno de los highlights de nuestro viaje a Dinamarca hace un par de veranos y desde entonces tenemos un nuevo animal favorito.

Los renos son navideños porque tiran del trineo de Papá Noel, claro, pero además porque uno se los imagina en su hábitat lleno de nieve y piensa en un paisaje de postal.

Laia ha transformado al reno de siempre en una decoración súper elegante y bonita. Pensad en las posibilidades... podéis crear un bastidor cada año con un símbolo navideño e ir ampliando la colección de decoraciones, que se pueden colgar detrás del árbol, en la pared. Podéis transformarlo en un mantel (o en unas servilletas para el reto de la segunda semana ;^)). O crear bolsitas para los regalos. Hay un montón de posibilidades.

Pasaos por el blog de Laia a verlo. ¡Esta tarde os contamos cómo ha ido el reto!

Primer reto - Árbol de cartón

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Ya llegó! El momento del primer reto! Lo vivo con especial cariño porque es la primera vez que hago algo colaborativo en serio y me ha hecho ilusión ver vuestras aportaciones. Aunque la propuesta no fuera fácil, porque la verdad es que me ha costado un montón saber qué podíamos hacer que fuese de cartón y que no fuese lo más típico del mundo.

Así que, después de muchas ideas, se nos ocurrió que esta versión con volumen quedaría muy chula y luego nos acordamos de que teníamos un botecito lleno de estrellas de origami y las pegamos con paciencia y cola en barra :)

¿Cómo se hace? Es muy fácil. Solo hay que dibujar tres piezas, dos trapecios y un triángulo, que se solapen, es decir, cuya base sea más grande que el lado superior de la pieza anterior (menos el triángulo, que va arriba de todo y no se esconde en ningún sitio). Dibujáis las piezas sobre cartón y luego les añadís un triángulo más fino a cada lado, como en la foto. Intentad que los triángulos tengan el mismo tamaño en todas las piezas, porque así queda más equilibrado.


Cortad el cartón con un cúter y marcad el doblez entre los dos triángulos con un corte de cúter que no llegue hasta el fondo del cartón. Plegad los triángulos pequeños hacia atrás y ya lo tendréis.


Luego solo tenéis que encontrar la superficie adecuada para pegar vuestro árbol, en la pared, o, como he hecho yo, en otro cartón forrado de vinilo estampado. Y ya lo podéis decorar.


Yo no sabía muy bien qué hacer hasta que se nos ocurrió lo de las estrellas. Podéis ver aquí cómo se hacen, es bastante sencillo.



Esta es mi propuesta... y cuando he visto las vuestras me ha dado hasta casi un poco de vergüenza...

Ari:


Carla:


Laia:


Mian:


Paloma:


Davi:


Jon:


Paula:



Muchísimas gracias a todos por acordaros de nosotras :)

Podéis seguir colgando ideas, que las enlazaremos aquí... Y no olvidéis que todavía nos quedan dos retos: servilletas (el 16 de diciembre, cumpleaños del pomelo :)) y palomitas (el 24 de diciembre, en Nochebuena!).

Carta descargable para los Reyes Magos

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Admiro y envidio a los diseñadores gráficos a partes iguales. Los admiro por su creatividad, su capacidad de improvisar y los bonitos diseños que consiguen parecería que por arte de magia (aunque todos sabemos que detrás hay mucho trabajo). Y los envidio por... caramba, qué coincidencia.

Y resulta que entre mis compañeras de 24 ideas para Navidad hay no una, sino dos diseñadoras gráficas. A las que envidio y admiro a partes iguales ;^)

Por eso cuando Carla nos propuso crear una carta descargable para los Reyes Magos para el 9º día... aix, me cayeron los lagrimones. Y cuando he visto la carta... pues más todavía. No me digáis que no es ideal!

No sé si tendréis escrita vuestra carta ya, pero vale la pena descargar la versión de Carla y rellenarla por primera, segunda o quinta vez, no se nos vayan a despistar Sus Majestades.

Con esta idea, empezamos la segunda semana (de ocho días), que ya sabéis que se centra en "compartir". El día 16 tenemos el segundo reto (que todavía no he empezado!) que es SERVILLETAS. Os dejamos ahí el concepto y podéis hacer lo que queráis.

Id a visitar a Carla y nos vemos mañana.

Cajas piramidales

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¡Ya es día 10! Y por el momento todo va sobre ruedas (aunque confieso que las servilletas me quitan bastante el sueño...).

Todos los años, pero todos, todos, pienso que voy a hacer algo especial para llevar a la cena de Nochebuena y a la comida de Navidad. No las celebramos en casa, siempre vamos a casas ajenas, y somos una familia pequeñita, así que no es complicado... pero huelga decir que nunca, jamás lo consigo. Sea una botella decorada, un posavasos o una bolsita de galletas, nunca llego a hacer una pieza para cada uno y siempre me queda esa espinita clavada que me imagino que me quitaré el año siguiente.

No sé si este año encontraré algo para regalar, pero por lo menos el envoltorio lo tengo hecho. Y eso es bastante más de lo que habíamos conseguido hasta ahora. A lo mejor termino dejando únicamente una nota bonita dentro o usándolos para repartir los sitios en la mesa. Tengo que pensarlo. Sea como sea, tenemos unas cajas muy chulas y muy, muy fáciles de hacer. Vamos a ver cómo.

Lo primero que tenéis que hacer es descargar el patrón, aquí.

Necesitaréis:

- El patrón
- Cartulina o papel de scrap
- Plegador de papel o abrecartas
- Tijeras
- Pegamento en barra
- Cinta o hilo decorativos

Imprimid el patrón, cortadlo y pasadlo al papel o la cartulina. Recortad también la cartulina y marcad las líneas interiores con un plegador de papel.


Plegad el papel o la cartulina por las líneas que habéis marcado.


Poned cola únicamente en la pestaña larga y pegadla a la otra cara larga.


¡Y ya tenéis vuestra caja! Para que se abra con más facilidad, podéis ponerle un trocito de cinta o hilo decorativo. Podéis hacer un agujero con un cúter o un punzón en medio del triángulo de base para pasar la cinta o pegarla con washi tape a una de las pestañas. Así, vuestro regalado podrá tirar de la cinta y abrir la caja sin problemas.


Se pueden usar para hacer un calendario de adviento y esconder regalitos, para rellenar de chocolate y caramelos y regalársela a los niños, o incluso para esconder un regalo chulo pero pequeñito, como unas entradas para un concierto, un vale por un masaje, los billetes de una escapada o las llaves de una casa en la playa. Ehem. Soñaba en voz alta.

Espero que os haya gustado. Ya sabéis que podéis usar el hashtag #24IdeasNavidad para mostrarnos cualquier cosa que hayáis hecho. Estamos encantadas con la acogida que nos habéis dado y con las ideas que nos vais enseñando.

Os espero mañana aquí para contaros más cosas.

Diario de Navidad

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Debo admitir que todavía no le he encontrado la gracia al scrap. Me gustan los papeles, me gustan los sellos, las tintas, las cintas, las taladradoras, las purpurinas... Me gustan todos los materiales, pero no acabo de ver los resultados finales.

Sin embargo me encantan los álbumes chiquitines, los mensajes escritos a mano y el Diario de Navidad. La idea de guardar todos los detalles de esta época mágica en un libro hecho a mano me emociona y me imagino a los pompones (sobre todo a la pompona) hojeándolo a todas horas.

Todavía no me he lanzado (por el momento soy más de digital), pero Ari nos cuenta más detalles en su post de hoy para acabar de convencer a todos los indecisos. No me digáis que su álbum no es precioso. ¿Alguien se anima a aprender conmigo?

Postales de Navidad

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Ninguna Navidad está completa sin recibir y enviar alguna postal. Es una lástima que la costumbre se esté perdiendo y ya nos lleguen solo las del banco (fiel a su cita anual con sus postales horrorosamente barrocas). Por eso me encanta que vayan surgiendo iniciativas de envío de postales por toda la red, especialmente si son hechas a mano.

Me transportan a la EGB (la primaria de las viejunas) cuando la última semana de clase nos dábamos en mano unas estampitas bastante horrendas, pero simpáticas, en su sobre diminuto, para desearnos unas felices fiestas, pese a que podíamos hacerlo perfectamente en persona. Normalmente las escribíamos con un boli de cuatro colores y les dibujábamos corazoncitos, copitos de nieve y puede que hasta algún arbolito sencillo. No os sorprenderá saber que en mi última limpieza general encontré todavía algunas. No me atrevería a asegurarlo, porque últimamente lo tiro todo, pero es posible que un par de ellas resistan aún en la caja de las cartas.

Así que en nuestras #24IdeasNavidad no podían faltar unas postales. Las ha hecho Laia con su hijo Marc, y me parecen súper bonitas. Id a echarles un vistazo.

Sea como sea, enviad postales. O dadlas en mano. O meted una chocolatina o un caramelo en la postal y dejadla en el buzón de alguien a quien queráis. O de un completo desconocido. O de todos vuestros vecinos. Le vais a alegrar el día a alguien, seguro.

Broches de plástico mágico

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El post de hoy no me podría gustar más.

Hace unos meses, el pompón peque y yo probamos el plástico mágico. Nos gustó mucho, estuvo muy bien, pero no acabamos de verle la utilidad... Y de repente Carla nos sorprende con estas bellezas sacadas del logo de nuestras 24 ideas para Navidad.

Lo bueno de este proyecto es que, al menos a nosotros, nos recuerda las miles de posibilidades que hay y los montones de materiales que todavía no usamos o dominamos del todo. Y, aunque no os lo creáis, eso nos hace muy felices.

Siempre hay dos maneras de mirar todo lo que nos queda por probar y aprender, y la mejor de ellas es pensar que es una suerte que todavía podamos conocer tantísimas cosas nuevas. ¿No os pasa que a veces envidiáis a quien no ha leído vuestros libros favoritos o visto las pelis que más os gustan? ¿No pensáis en la suerte que tienen de descubrir eso por primera vez? Pues eso, así tenéis que mirar todo lo que os queda por conquistar.

Id a visitar a Carla, a ver cómo se hace el plástico mágico y a sacar ideas para aprovechar todo el potencial de este invento. ¡Nos vemos mañana aquí!

Aventura navideña

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Uno de los juegos que más les gustan a mis pompones cuando vamos en coche es el de tener una lista de cosas para encontrar y buscarlas por las ventanillas. A veces es tan fácil como decir: "A ver quién es el primero que ve un coche amarillo" y pueden estar durante horas buscando como locos por todas partes. Si además el que gana escoge qué se busca a continuación, la diversión está asegurada durante horas.

Otras veces cada uno tiene una tarea diferente, y muchas otras les escribo en cualquier papel cuatro o cinco cosas y trabajan en equipo para encontrarlas.

Da igual el formato, esta es una actividad de la que no se cansan. Y yo lo comprendo, porque cuando era pequeña, un día se me ocurrió que quería ver todas las matrículas del mundo, y con paciencia infinita apunté en una libreta todos los números del 0000 al 9999. Mientras iba en autobús al cole, apuntaba las combinaciones que veía, y cuando llegaba a casa las tachaba concienzudamente hasta no dejar más que un borrón. Nunca terminé los diez mil números, pero estuve entretenida horas y horas. Y creo que tiré la libreta hace apenas unos meses :)

Así que cuando nos sentamos a pensar en ideas para este proyecto, una de las que se me ocurrió casi instantáneamente fue trasladar ese juego que los pompones adoran y crear una lista de objetos y símbolos navideños que fueran fácilmente reconocibles por los más pequeños. Lo he diseñado como buenamente he podido y lo podéis descargar en dos versiones: una con dibujos, para los niños que no leen, y otra con letras para los mayores.

¿Cómo se juega? Hay que imprimir las hojas y salir a la calle. ¡El resto es como vosotros queráis!

  • Lo más fácil: darle una hoja a cada niño, un boli y decirles que tachen lo que vayan viendo por la calle.
  • Crear una competición a partir de las hojas: dos equipos (un adulto y un niño idealmente, o adultos contra niños!) y a ver quién lo encuentra todo antes.
  • Hacer un juego colaborativo y ayudarnos entre todos a buscar todos los elementos de la lista.
  • En la línea de La búsqueda del tesoro de Jackie Rueda, que salgan a la calle con una cámara y que saquen una foto de todas las cosas de la lista.
  • En plan bingo: media lista para cada niño si son dos, un tercio si son tres (etc,) y a ver quién canta línea y bingo antes :^)
  • Encadenado; la primera persona de la familia busca la primera cosa, cuando la encuentre, la segunda persona busca la segunda y así sucesivamente.

Vamos, como queráis. La cuestión es que los niños (y los mayores!) lo disfruten y el paseo por la feria se convierta en una aventura divertida. ¡Seguro que miran todo lo que tienen a su alrededor con otros ojos!


Recordad que solo quedan dos días para nuestro segundo reto: Servilletas. ¡El día 16 publicamos!

Paquetes navideños

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Más de la mitad de las 24 ideas navideñas superadas. Todavía no me creo que hayamos podido publicar todos los días a las ocho de la mañana y que ya quede tan poquito. Es alucinante. Nos merecemos un regalito :)

O al menos eso es lo que ha pensado Ari que nos ha preparado estos paquetitos tan monérrimos debajo de su arbolito. ¿O será Papá Noel que ha pasado pronto? Tendré que desvelar el misterio yendo a buscar el mío, con sus tres pompones...

No os perdáis las ideas que nos da en Tatxin Tatxan para envolver nuestros regalos con un poco de gracia. A mí, que soy una patata completa para hacer paquetitos, me va a venir genial!

Os esperamos mañana con una nueva idea y el resultado del reto (si es que consigo terminarlo, que voy MUY mal. Aix. Qué nervios...)

Marcadores de sitio

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Una de las cosas chulas que tiene la Navidad son esas mesas enormes donde se sienta toda la familia, con la abuela en una punta, los tíos allá abajo, los primos pequeños sobre un par de cojines, los anfitriones cerca de la puerta para salir corriendo hacia la cocina a ultimar detalles y seguramente algún caballete colocado estratégicamente para alargar un poco la mesa que se cubre con un mantel largo, larguísimo que alguien compró en unas rebajas y que ahora identificamos como EL mantel de Navidad. ¿No?

Es probable que también haya un centro de mesa con más o menos gracia, alguna vela, muchas piñas, vajilla de la buena, copas, muchos más cubiertos de los que usamos normalmente y puede que hasta algo un poco exótico, como una salsera o un decantador de vino que solo salen de su armario en estas fechas.

Ahí nos sentamos y charlamos, criticamos, discutimos, nos reímos y nos tiramos los corchos de las botellas de vino, mientras los pequeños de la casa sufren pensando si va a pasar Papá Noel, si va a cagar el Tió o cuándo se podrán abrir esos paquetes brillantes que tienen escritos sus nombres.

Por eso me encanta lo que nos propone Laia hoy, porque es añadir otro detallito, otra tradición, a nuestra mesa kilométrica, a nuestro recuerdo ruidoso, en definitiva a nuestra Navidad. Un detalle que indique dónde van los tíos, los anfitriones, los primos pequeños y la abuela. E incluso hasta el perro o el gato. Algo que nos podemos llevar de recuerdo junto con los calcetines que siempre nos acaba dejando Papá Noel.

Nos vemos esta tarde con el resumen de nuestro reto (que me ha costado horrores!).

Reto 2: Servilletas

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No me acuerdo a quién se le ocurrió la idea de usar "servilletas" como nuestro segundo reto, pero la maldigo un poco por lo bajini. Pensé que enseguida se me ocurriría algo, pero la verdad es que estuve bastante en blanco hasta último momento. Pero finalmente se me ocurrió convertir las servilletas en otra cosa que me diera más juego y ahí salvé los papeles. Eso sí, casi, casi al límite del tiempo. Bueno, sin el casi, casi.

Hemos convertido las servilletas en recipientes de otras cosas... De caramelos en el caso de la mesa de los niños y del panecillo en la mesa de los adultos. Pero además hemos hecho nuestras propias servilletas con tela navideña. Te contamos cómo.

Necesitas:

-Tela navideña
-Tijeras o cúter giratorio
-Plancha
-Máquina de coser
-Cuerda o hilo
-Pan o caramelos

Primero corta la tela en un cuadrado exacto, un pelín más grande de lo que quieras que sean tus servilletas (piensa que vamos a coserle un dobladillo, así que necesitaremos un centímetro y medio o un par de centímetros de más a cada lado).


Saca la plancha y marca bien un doblez de entre 75 mm y 1 cm a cada lado.


Luego vuelve a doblarlo sobre sí mismo para esconder el borde dentro. Plancha bien para marcar este segundo doblez y abre la tela.


Repítelo en los cuatro lados, marcando bien todos los dobladillos. Cuando ya lo tengas, ábrelos y mira bien las esquinas. Verás que te han quedado marcados cuatro cuadrados.


Para eliminar el exceso de tela y para que las esquinas te queden bien, corta en diagonal por la mitad, así:


Ahora te queda un cuadrado entero y dos medios.

Solo te queda plegar. Primero pliega el primer doblez que has marcado. Después, dobla la esquina hacia dentro, y acaba por plegar el segundo doblez marcado, que nos deja los bordes dentro del dobladillo, así:


Sujétalo con alfileres y dale una pasada con la máquina de coser. Cuando lo tengas, plancha bien tu servilleta y ya la tendrás.


Para hacer el regalito de los niños, pon unos caramelos en medio de la servilleta y recoge las puntas para hacer un hatillo. Átala con cordel y pon una etiqueta con el nombre del peque.



Y para la mesa de los mayores, en lugar de caramelos (aunque a mí ya me iría bien que me dejaran esos toffees de chocolate), envuelve un pan con tu servilleta y átalo con unas cuantas vueltas de hilo del tipo que tú quieras (yo he usado cuerda de cáñamo fina).


Y ya está, reto superado. Madre mía qué manera de darle vueltas a la cabeza. Pero estoy muy contenta con el resultado, creo que ha quedado bastante chulo.

Me sigue alucinando cómo un concepto tiene tantas interpretaciones y cómo a todas nos gustan diferentes cosas y diferentes estilos. Es muy, muy curioso. Os dejo las interpretaciones de todos los que han participado en el reto:

Carla


Ari


Laia


Paloma


Mar


Animaos a mostrarnos lo que habéis hecho y lo publicaremos aquí!

Galletas de Navidad

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¡Iniciamos la tercera y última semana de ocho días en nuestras 24 ideas para Navidad! Cómo vuela el tiempo. Esto significa que estamos a apenas 8 días del día N. Qué nervios.

Bien, ya sabéis que esta tercera semana la dedicamos a "cocinar". Ya veréis que no en el sentido estricto, vamos, que no son todo recetas, pero sí que todo pasa en la cocina y está relacionado con los fogones.

Empieza Carla con una tradición que debería ser obligatoria en Navidad: hacer galletas. Ya hace frío y apetece estar en casa con el horno encendido y el olor a especias impregnando el ambiente. Además, no sé en vuestra casa, pero en la nuestra la cocina es el centro de operaciones al que entramos todos varias veces al día. Es un sitio donde se repasa antes de los exámenes, se improvisan coreografías, se hacen cosquillas y "abrazos familiares", se pica cuando nadie está mirando, se va a buscar unos calcetines limpios encima de la lavadora cuando en el cajón no nos queda ningún par... en fin, es el lugar donde pasan más cosas y siempre apetece entrar a pasar el rato.

Id a visitar a Carla y yo os espero aquí mañana por la mañana para contaros más cosas.

Caramelos y bombones

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Como os contaba ayer, con las galletas de Carla, para mí una de las tradiciones totalmente inamovibles de la Navidad es meterme en la cocina a preparar algo para regalar. Normalmente es algo dulce, para que nos vamos a engañar: galletas, pasteles o bollos. Pero este año me ha apetecido mucho, pero mucho, probar a hacer caramelos y bombones.

Antes de que protestéis, os diré que esto se puede simplificar o complicar tanto como queráis. Vamos, que hay recetas que pueden hacer los pompones con total autonomía y hay otras que harán que maldigáis mis huesos hasta el día que me muera. Más aún porque he perdido algunas fotos y hay un par de "modelos" de caramelos que no os voy a poder mostrar gráficamente (porque en casa no quedan ni las migas). Pero aquí os voy a poner las recetas, por orden de facilidad, para que probéis en casa y luego me contéis.

La primera receta, de hecho, es fácil, fácil. Tanto que casi me da vergüenza publicarla. Se trata de hacer bombones de chocolate rellenos de frutos secos.

-Chocolate (con leche o negro)
-Frutos y frutas secos
-Moldes de silicona o plástico.

Para empezar, trocead el chocolate. En casa teníamos un chocolate que se nos resistía, así que le dimos con la maza :)


Cuando lo tengáis troceado, ponedlo en un bol al baño maría y removed constantemente hasta que el chocolate se funda.

A lo mejor preferís prepararlo en el microondas. No hay problema: troceadlo y calentadlo en incrementos de 20-30 segundos. He leído por ahí que no hay que removerlo, pero yo lo remuevo siempre, porque si no, se me quema, así que mi consejo es: 30 segundos de microondas, remover, 30 segundos más de microondas, remover... y así sucesivamente hasta que tengáis el chocolate fundido.


Luego hay que verterlo en los moldes con una cuchara. Esta es la parte más divertida, porque una cantidad ingente de chocolate acaba encima de la mesa, en las caras pomponiles (después de lamer la cuchara cuando te has despistado) y en general en todas partes menos en los moldes.

Y después de verter el chocolate, solo queda meter un fruto seco rápidamente antes de que solidifique. Le podéis dar unos golpecitos a los moldes o hacerlos chocar contra la mesa para evitar las burbujas de aire. Dejad enfriar fuera de la nevera y desmoldad.


La segunda receta es más complicada, pero igualmente es fácil que salga bien. Me he basado libremente en esta receta de aquí.

-200 ml de nata líquida
-75 gramos de mantequilla
-1 cucharadita de sal
-300 g de azúcar
-Un chorro de agua
-Miel o glucosa líquida (opcional)

Calentad la nata y la mantequilla hasta que esta última se funda. Dejad enfriar y añadir la sal.

En otra olla, calentad el azúcar con el agua. Si queréis, para evitar que se os queme el azúcar, podéis añadir un poco de miel o de glucosa líquida, porque el punto de ebullición del azúcar es bajo y se eleva si lo mezcláis con otras sustancias.

Cuando el azúcar empiece a caramelizar, o cuando lleguéis a una temperatura de 120 grados, añadid la mezcla de nata y mantequilla y removed constantemente durante unos 10 minutos. Se os irá formando un caramelo espeso y de color tostado.

Solo os queda verter la mezcla sobre un papel parafinado y dejar enfriar durante una hora. Después, podéis cortar el caramelo con un cuchillo afilado. Queda riquísimo.

Y ahora ya vienen las dos recetas de nota, el fudge de chocolate y el fondant de menta cubierto de chocolate. Me maldigo por haber perdido las fotos de estos últimos caramelos en particular, porque eran gloriosos. No, no, os lo digo otra vez: GLORIOSOS. Estas dos recetas son del libro de cabecera de cualquier casa uruguaya, el Crandon.

-2 tazas de azúcar
-2/3 taza de leche
-1/2 taza de cacao en polvo
- 2 cucharadas de mantequilla

Mezclar el azúcar, la leche y el cacao y calentar sin dejar de remover hasta los 110 grados. Añadir la mantequilla y mezclar con ganas.

Verter la mezcla sobre el mármol. Coger un cuchillo o una espátula y en cuanto se pueda tocar, empezar a trabajar la mezcla con ganas. Enseguida veréis que cambia de color y de consistencia. Seguid trabajando hasta que se convierta en una masa. Extendedla con las manos, dejadla enfriar un poco y cortadla con un cuchillo afilado.

Esta receta triunfó totalmente entre mis pompones y mi pomelo.

Y la más difícil!

-3 tazas de azúcar
-1 1/2 tazas de agua hirviendo
-2 cucharadas de glucosa
-Esencia de menta
-Chocolate negro

Mezclar el azúcar el agua y la glucosa y remover hasta que el azúcar se disuelva. Cocer tres minutos tapado. Destapar y seguir cociendo hasta los 115 grados. Cuando llegue a esta temperatura, verter sobre el mármol de la cocina, esperar que se enfríe un poco y añadir la esencia de menta. Igual que en la receta anterior, coger un cuchillo o una espátula y trabajar como si no hubiera mañana. A esta mezcla le cuesta muchísimo más cambiar de consistencia, así que no paréis, trabajadla que acabará convirtiéndose en una masa blanca que se rompe y corta con facilidad. Cortadla en pedacitos y dejadlos enfriar y secar.

Mientras tanto, fundid el chocolate igual que hicimos con los bombones, al baño maría o en el microondas. Cuando lo tengáis, id pasando los trocitos de fondant de menta por el chocolate y dejadlos secar sobre un papel parafinado.

No os vais a poder comer solo uno, ya lo veréis.


¿Vosotros también cocináis por Navidad? ¿O todo el año? ¿Y preferís hacer los bombones o comprarlos directamente?

Envoltorio para galletas

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Creo que esta semana de 24 ideas para Navidad dedicada a la cocina va a ser mortal. Nos vamos enviando fotos e ideas y solo puedo pensar en encerrarme con todos los fogones encendidos y pasarme horas y horas haciendo todo tipo de dulces. Dulces que después nos comemos, claro, y que se cargan todos mis buenos propósitos. Suerte que todavía quedan un par de semanas para fin de año y que puedo plantearme todos esos buenos propósitos a partir del día 1, ¿no? Mucho mejor.

El post de hoy de Ari no es una receta, sino una manera chula de presentar las galletas que hizo con Carla hace un par de días. Pero aun así, aunque no haya receta nueva, yo veo estas fotos y me entran ganas de amasar, cortar y decorar con glasa. No lo puedo evitar. Y luego hay que hacer control de calidad, porque no vas a regalarles a tus amigos o a tu familia unas galletas que están chepi-chepi, como dicen los pompones. Hay que comprobar que son deliciosas. Y además hay algunas que no salen bien de forma, pero es una lástima tirarlas, ¿verdad?

Pues eso. Id a visitar a Ari para ver cómo envolver las galletas para que sean un regalazo (estoy pensando en maestras del cole, compañeros de deporte, vecinos...) y luego poneos a cocinar, que hoy es viernes y ya se huele el fin de semana en el aire... (y sólo quedan 5 días para Navidad!)

Merienda de Navidad

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En algunos sitios ya estáis de vacaciones y los niños también. Que lo sabemos. Que os envidiamos. Que dais mucha rabia. Por aquí hasta el martes no terminamos y, aunque tengo unas ganas locas de que llegue el día, la verdad es que es muy práctico saber que todavía tengo un día y medio de margen para acabar todas las tareas que van implícitas en la época, ya me entendéis. Que siempre quiero organizarme bien y me juro que la última semana tomaré chocolate caliente, miraré películas y descansaré... pero siempre acabo haciendo recados de última hora, con el sombrero de elfo puesto durante mucho más tiempo de lo que desearía.

Sea como sea vuestra realidad, estéis ya disfrutando de unas merecidas vacaciones o contando los segundos que quedan para gozar de ellas (o incluso esperando solo las fechas señaladas porque no tenéis más días libres; todo nuestro apoyo, compañeros) la idea que nos trae Laia hoy es divertida, graciosa y muy adecuada para una merienda infantil (o para la mesa navideña de los más peques).

De hecho, una buena peli navideña y esta merienda serían la combinación perfecta para cualquier tarde de esta semana.

Ya no queda nada para el día N, qué nervios. ¿Habéis sido buenos este año? No os olvidéis de que el día 24, en pleno subidón de Nochebuena, os vamos a presentar las ideas de las palomitas para nuestro reto #24ideasNavidad. Esperamos vuestras propuestas.
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